¿Las parejas casadas se pueden restablecer?

¿Las parejas casadas se pueden restablecer? ¡Sí! Es lo que Dios hizo para nuestra familia, como le describe este testimonio de la obra de Dios en mi vida. Mi esposa y yo vivieron ciertos años del pasado en una situación que se podía describir más como dolorosa que como gozosa. Aun así, nos quedemos fieles uno a otro.

¿Las parejas casadas se pueden restablecer? Desde las entrañas del sepulcro tú escuchaste mi clamor (Jonás)
En mí angustia clamé al Señor, y el me respondió.
Desde las entrañas del sepulcro pedí auxilio,
y tú escuchaste mi clamor (Jonás 2.2-3)

De hecho, sin saberlo, estábamos tratando llenar uno tras otro las necesidades insatisfechas del pasado. Eso ocurre porque relaciones intimas tienen una tendencia reactivar heridas que ya necesitan curarse. Según Getting The Love You Want, del terapeuta Hartville Hendrix, es por dentro de una dedicación real uno a otro que aquellas heridas pueden curarse, como lo hemos experimentado nosotros mismos.

Nada de eso era evidente para nosotros. Durante largo tiempo, nos esforzamos muchísimo arreglar cosas, aunque nunca teníamos éxito. Después de un rato, renunciaron arreglar lo que nos molestaba y nos ponemos de acuerdo con la idea de vivir con nuestras percepciones divergentes, parando tratar de convencer uno a otro. Nos ponemos a vivir a lado uno de otro como mejor pudimos, mientras centramos cada uno sobre nuestra responsabilidad propia, por delante de Dios. Algún dia después de eso descubrí unos de los patrones relacionales que había desarrollado desde joven y que ya determinaba algunos de mis modos de interacciones; empecé substituir estos con estrategias más eficientes. Eso fue un primer paso hacia nuestro restablecimiento conyugal.

Mientras tanto, trabajé unos meses con una amiga cristiana de otra tradición evangélica que la mía en este periodo de mi vida. Eso dio lugar a varias conversaciones que Dios utilizó para ayudarme a reflexionar en lo que habían sido las bases de mi fe cristiana. Es así que vino a identificar un aspecto de mi vida donde me había dejarse deslizar. El Espíritu Santo de Dios me mostró con gran claridad que Él quería que me arrepienta de eso de inmediato y sin demora. Eso es exactamente lo que hiciste. A partir de ese momento, se desapareció por complejo la culpabilidad que llevaba como una pesa carga y que también afectaba, aunque indirectamente, mis relaciones con cualquier personas. Fue liberado de esa culpabilidad como por un golpe de viento de parte de Dios mismo.

Lo que siguió fue una serie de pasos donde me fue desde una posición de alguien que se siente víctima de sus circunstancias, como si fuera encarcelado en una prisión espiritual, hacia la posición de alguien que sabe que es el hijo de Dios, un príncipe bajo la autoridad de Cristo, coheredero con el Rey. Se volvió claro para mí que podía  llamar al Padre mío y recibir respuestas de Él para resistir cualquier tentación que enfrentaba. No estoy diciendo que me volvió sin pecar nunca. Lo que estoy diciendo es que me volvió un guerrero en contra de las fuerzas de la oscuridad – como había sido anteriormente. Me acordé quien era yo en Cristo, y desarrollé el reflejo de recorrer inmediatamente a mis fuentes de fuerza espiritual para luchar en contra del pecado.

Estos cambios se volvieron la base de una nueva perspectiva respeto a mi relación con mi esposa. Ella vio los cambios que se ocurrieron por dentro de mi. También empecé orar a Dios cada vez que hijo o dijo algo que a mi no me gustaba. Empecé bañar ella con oraciones, hasta que, algún día, me dijo ella que se sienta amada y aceptada. Nuestra relación, desde entonces,  siguió un camino totalmente diferente. Se debe especificar que en aquellos días, mi esposa también estaba moviéndose hacia su propia camino de liberación espiritual. Eso permitió ella de acoger la persona nueva en que era yo ahora, andando ella a mi lado de manera renovada, más cercana que nunca antes.

Nuestras hijas adultas – que ya no vivieron en casa en aquellos días, y que tenían sus propias careras – empezaron burlándose de mi esposa y yo, diciendo, «Madre, papá te está cortejando y no te das cuenta» o «parecen ustedes tener amor ciego como novios, pensando cada uno del otro que no tiene falta ninguna. ¿Qué pasó con ustedes?»

Desde aquellos días hasta hoy, mi esposa y yo disfrutan de una buena relación a propósito de la cual agradecimos al Señor Cristo Jesus. Pues, cuando digo que yo siento el gozo de Cristo y su paz por dentro de mi ahora, aquellos eventos relatados arriba siempre están presente  en el fondo de mi mente y de mi corazón.

Las personas de nuestra iglesia que nos conocieron desde muchos años empezaron decir que los cambios que vieron en nosotros como pareja les animaban de no perder la esperanza que Dios pueda trabajar de manera tan poderosa en sus vidas también.

Leyendo tras las cartas del apóstol Pedro, siendo muy atento en 1 Pedro 5:6-11, me ayuda no olvidar que tenemos enemigos espirituales y que ellos atentaron destruir mi esposa y yo, pues a través de nosotros, nuestra familia entera, pero no tuvieron éxito. Dios prevaleció. Le doy gracia a mi Padre por todo lo que hice para nuestra familia.

Concluyendo este artículo, estoy alabando mi corazón hacia Dios para todos los que sufren en sus relaciones conyugales y que enfrentan la tentación de desesperar.

Oro a Dios que usa este testimonio mío para aprovechar un algo de esperanza para parejas que sufren. ¿Está usted entre ellas? Oro que el Espíritu Santo guía usted hacia las personas adecuadas o que usa pasajes de las Escrituras de manera que pueda usted comprender su propia situación bajo la renovada luz aprovechada por Dios mismo. Le pido a Dios que Él les da capacidad de confiarse en Él en ordenar su corazón para que sepa usted como restaurar lo que se necesita en su relación con Dios y con su esposa. Oro que desea usted hacer lo que se necesita para lograr a una restauración conyugal.

Este artículo es una traducción de mi Can Married Couples be Restored? Les animo consultarle puesto que mi dominio del inglés es superior que del idioma español.

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Daniel Garneau, B Th, B Com, MA,
el 7 de febrero de 2018